Cuidar nuestra salud va más allá de cómo nos sentimos día a día. Muchas enfermedades pueden estar desarrollándose en silencio, sin síntomas visibles. Por eso, las muestras de laboratorio juegan un papel fundamental en la prevención, diagnóstico y seguimiento de muchas condiciones médicas.
Las pruebas de laboratorio, que pueden incluir análisis de sangre, orina, heces o tejidos, permiten obtener información precisa sobre el funcionamiento interno de nuestro cuerpo. Gracias a estos exámenes, los profesionales de la salud pueden detectar alteraciones como niveles altos de glucosa, colesterol, infecciones, deficiencias nutricionales, desequilibrios hormonales y mucho más.
Realizarse exámenes de rutina al menos una vez al año es una práctica clave para mantener una vida saludable. Esto permite identificar problemas a tiempo, antes de que se conviertan en enfermedades crónicas o requieran tratamientos costosos. Además, quienes ya tienen un diagnóstico pueden utilizar los resultados para ajustar tratamientos y monitorear su evolución.